Dentro de los componentes más importantes del chasis de los coches encontramos las rótulas de dirección en dónde su función principal es la correcta transmisión de potencia en el sistema de dirección.
Es normal que se desgasten por el uso, pero también hay factores externos que pueden acelerar el proceso o incluso causar averías las cuales podemos evitar siguiendo estos consejos:
- Detectar a tiempo las posibles averías
Como ya indicamos, el uso y factores externos pueden ocasionar la avería de las rótulas, por eso una forma de prevenir que esto suceda es tener claro cuáles son los síntomas de nuestro coche a los que debemos prestar mayor atención:
- Si sientes que al manejar la dirección del coche se va para la derecha o para la izquierda pueden ser dos motivos: que se reemplacen las rótulas de dirección o que necesite alineación en las llantas.
- Al conducir por una carretera recta y nivelada el volante comienza a vibrar
- Si ves que las llantas se desgastan de forma excesiva y desigual, sobre todo si los bordes internos o externos de los neumáticos delanteros se desgastan más rápido que el resto de la banda de rodadura.
- Escuchas ruidos al girar el volante o al pasar por un bache, normalmente el ruido proviene desde una de las esquinas de tu coche.
2. Conocer los factores externos que pueden causar averías en las rótulas de dirección.
Estar atento a los factores externos también es importante, ya que aunque no se puedan controlar por completo, podemos tomar acciones para alargar la vida de las rótulas o reemplazarlas según el daño que encontremos. Aquí tienes algunos consejos que puedan ayudarte:
- Neumáticos y amortiguadores gastados o defectuosos, lo ideal es reemplazarlos sin prolongar su vida útil más tiempo del necesario.
- Desgaste por años de uso del coche, por eso es importante hacer inspecciones generales preventivas de las rótulas cada dos años o al menos cada 110000 kilómetros.
- Los climas con bajas o altas temperatura también hacen que las rótulas tengan un mayor desgaste, por lo que su vida útil se acortaría.
- Lo mismo pasa cuando circulamos por caminos o rutas en mal estado, esto hace que la dirección y suspensión trabajen de más por lo que se produce mayor erosión.
- El cómo conducimos y si llevamos carga o peso en el coche de forma constante también puede acelerar su desgaste.
- La rotura o desgaste del guardapolvo que cubre la rótula de dirección puede causar que entre agua y suciedad, tengan como consecuencia mayor corrosión en la misma.
Como conclusión podemos decir que para mantener la rótula de la dirección en buen estado lo mejor es hacer un uso normal del coche teniendo en cuenta que los mantenimientos estén al día. Y al percibir cualquiera de las causas que hemos mencionado anteriormente, debemos acudir a un especialista para aegurarnos que no tenga alguna avería y hacer el cambio a tiempo.
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